Conoce El Pedroso

El Pedroso es un lugar fantástico para conectar con tu mejor versión. Descubre un pueblo cargado de historia, cultura, naturaleza y mucha calidez para vivir un viaje único en el Parque Natural de la Sierra Norte.

Te abrimos sus puertas para que pases un momento de restauración en su Sierra, para disfrutar de un excepcional turismo de naturaleza. Visita sus monumentos históricos, conoce la cultura e historia del interior de Sevilla desde un nuevo punto de vista con todo lo que guarda El Pedroso dentro de su turismo rural.

Además, estamos integrados en la Carta Europea de Turismo Sostenible en Espacios Protegidos de Andalucía. Y somos partícipes de la Red Mundial de Reservas de la Biosfera. ¡Ahí es nada!
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El Pedroso tiene todo lo que estás buscando

La pregunta de siempre antes de realizar un viaje: ¿elegir descanso y tranquilidad, o un sitio emocionante para conocer? En El Pedroso, ¡tienes todo! La aventura de descubrir la historia, la naturaleza y cultura de la región, celebraciones como en ningún otro lugar; descubrir sabores nuevos con nuestra gastronomía y revitalizarte en la naturaleza más pura en nuestros alojamientos rurales.

Porque sabemos que tiene todo lo que deseas para tu viaje, queremos invitarte a conocer El Pedroso en todo su esplendor. Te damos un repaso de todo lo que no puedes perderte en tu visita.

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Corazón de la Sierra Morena Sevillana

El Pedroso está situado al N.E. de la provincia de Sevilla, a 60 Km de la capital, y se la puede considerar la puerta de entrada de la comarca de la Sierra Morena de Sevilla. Tiene una extensión de 314 Km², lo que supone el 14,45 % del territorio total de la comarca; se sitúa a una altura media de 415 m. sobre el nivel del mar, a una latitud de 37º 50′ y una longitud de 5º 45′.

 

Su situación en las ramificaciones meridionales de Sierra Morena le da a su paisaje una fisonomía especial, con montañas alomadas de escasa altura, siendo la más alta el Cerro de La Lima con 678 metros. Estas montañas son ricas en minerales, sobre todo hierro, en algunas zonas también aparecen afloramientos graníticos, que le dan a nuestro territorio un aspecto peculiar.

Naturaleza en estado puro

Su vegetación está constituida por un bosque mediterráneo de encinas, alcornoques y olivos, principalmente adehesado, los matorrales ocupan las áreas más altas. La cuenca fluvial cuenta con los arroyos llamados Parroso y San Pedro; las riberas del Guanagil y la del Hueznar; el río Viar y el pantano del Hueznar. Dado su alto valor ecológico, la mayoría de su territorio ha sido incluido como parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla, dentro a su vez de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía.

 

El Pedroso, como el resto de la Sierra Morena de Sevilla, registra la máxima pluviometría de la provincia de Sevilla, siendo su irregularidad, junto a la existencia de un largo periodo seco, su rasgo definitorio. La distribución estacional de las temperaturas es propia del ámbito regional en el que se ubica, siendo las estaciones mejor definidas el verano, con julio y agosto como meses más cálidos (temperaturas que oscilan entre los 24 y 25º C como media) con una media máxima de 35º C y media mínima de 12,3º C y el invierno que alcanza en diciembre, enero y febrero las temperaturas más bajas, oscilando entre los 8 y los 9º C de media, con una media máxima de 13,6º C y una media mínima de 3º C

HISTORIA DE EL PEDROSO

La presencia humana en el término de El Pedroso podemos situarla ya en Paleolítico, por el hallazgo de puntas de flechas de sílex.

 

La cultura megalítica del Neolítico, también se desarrolló aquí, que confirma el reciente descubrimiento de un Tholos.

 

La recuperación de cerámicas que en arqueología son denominadas “crecientes”, garantizará la existencia de poblaciones humanas también en el Calcolítico.

 

Las puntas de flechas y los crecientes descubiertos en la zona granítica Pago de las Porrillas, próximo al actual núcleo urbano, y el tholos (1) en la continuación de la zona granítica aludida.

 

PROTOHISTORIA

El término de El Pedroso (y toda la Sierra Morena), formaba parte de la Turdetania (Reino de Tartesso) habitada por las tribus Tartessas y Túrdulas.

 

En la dehesa de las Casas de Gómez, se encontraron un ajuar de oro (de origen tartesso) que fue depositado en el Museo Arqueológico de Sevilla.

BAÉTICA ROMANA

En los campos de El Pedroso de forma aislada y en superficie, únicamente se encuentran restos de tégulas y de ladrillos, de elaboración al parecer, romana, así como abundantes restos de viviendas, repartidas por todo el término, siendo inexacto y erróneo, identificar a El Pedroso (Sevilla) con la Augustobriga que los escritores griegos y latinos, situaron en la Vettonia (Lusitania) coincidente con Talavera la Vieja (Cáceres) próxima a la población de Villar del Pedroso, de ahí el error de Rodrigo Caro.

La importancia de esta zona para los romanos  ya viene de sus antecesores y queda patente por la importancia que la extracción de distintos metales tuvo en toda la comarca.

Los pocos restos hallados en El Pedroso no darían pie a muchas referencias a no ser porque en el límite de su término actual, hoy en el de Villanueva del Río y Minas, nos encontramos un yacimiento arqueológico tan  desconocido para muchos, como sorprendente. Entre un bosque de encinas y alcornoques, como preservándose de curiosos,  está el llamado «Castillo de Mulva» denominación que con seguridad deriva de la sólida construcción que, emergiendo entre los árboles, divisaron sus descubridores en 1756 y  de la inscripción que en una placa del foro nos dice:“…populoque muniguensi hispaniae…”

De su importancia dan fe sus edificios y sobre todo el imponente santuario que  preside la colina. Su actividad era la fundición de cobre en una primera etapa y posteriormente de hierro.

Tuvo dos periodos de ocupación, prerromano y romano, que abarcan desde el s. VI a. de C. hasta principios del s. IV d. de C.

La recta final del Imperio, iniciado por Augusto en el año 27 a. C., lo es también para Munigua, que comienza su decadencia en las postrimerías del s. IV (d.C.). Restos, como escorias de fundición del hierro, aún existente en la zona, y muchos de sus edificios , realizado en granito, nos dan la evidencia clara de que las materias primas  procedían del entorno cercano como eran, para la piedra, la explotación del propio batolito,  y para el mineral de hierro,  las minas de El Pedroso, como La Lima o  Navalázaro.

ÁRABES. KURA DE FIRRISH

La Kura de Firrish, distrito árabe al que perteneció El Pedroso, cuya capital Firrish, se sitúa en el término municipal de Constantina, Cerro de la Armada.

 

Escasa es la toponimia heredada de los musulmanes: Calle del Alcazarejo; Medio Almud; Risco Morisco; Algamasilla; Piedra de la Mora Encantada; Río Guzna (Rivera del Huéznar); Arroyo del Parroso y olivar “al sitio del Altabacar”.

 

Hace ya varios años, en las dehesa de Montegil y Manchallana, se encontraron dos tesorillos de monedas árabes, actualmente depositadas en el Museo Arqueológico de Sevilla

No te vayas sin pasar por todos sus atractivos naturales, religiosos e históricos. Suma a tu experiencia la Ermita del Cristo de la Misericordia, la Cruz del Humilladero, la Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, la Ermita de la Virgen del Espino, nuestra Fábrica de Hierros, o nuestras rutas de senderismo ¡y mucho más!

¿Estás listo para vivir tu propia experiencia?

ESCULTURAS, PINTURAS Y TALLAS

Retablo del Altar Mayor. Obra contratada y realizada por Luis de Baias a partir de 1.727. En el contrato se especifica que la labor de imaginería se le encargaría a D. Pedro Duque Cornejo. En la hornacina central se sitúa una escultura de la Virgen con el Niño, de finales del siglo XVI y que es atribuida a Jerónimo Hernández.

Cristo del Buen Fin: Escultura de madera policromada que representa a Cristo muerto, fijo en la cruz mediante tres clavos. Obra atribuida al escultor Pedro Millán, fechada en torno a 1.505; su estilo está dentro del gótico flamenco.

Retablo de la Inmaculada Concepción: Esta obra fue contratada por Juan Martínez Montañés en el año 1.606, siendo finalizada en el año 1.609. Aparece como un retablo bastante sencillo, cuya estructura se distribuye en dos cuerpos de tres calles cada uno, y un banco. En su origen estaba presidido por la imagen de la Inmaculada, aunque en la actualidad su lugar está ocupado por la imagen de San José, cuyas características están en consonancia con el estilo del siglo XVIII. A los lados de esta imagen aparecen los relieves de San Bartolomé y Santiago. En el centro del segundo cuerpo, el lienzo de Santa Catalina, descubierto recientemente en la restauración del retablo. Es una magnífica obra del pintor flamenco Hernando de Sturm. A los lados dos tablas que representan a San Pedro y San Diego de Alcalá, obras atribuidas a Francisco Pacheco.

Inmaculada Concepción (de Martínez Montañés). Talla realizada y destinada a ocupar la hornacina central del antes retablo descrito, en la actualidad se encuentra situada en el retablo neoclásico de la Capilla Sacramental. La escultura de la Inmaculada es una bellísima imagen que representa a la Virgen, casi una niña. Está de pié sobre la luna que tienen en el centro una cabeza de ángel. El rostro de la Virgen está inclinado hacia el lado derecho y dirige la mirada al suelo. Es interesante el ropaje y el manto que la cubre formando grandes pliegues.

Retablo de Santa Ana. En el año 1.716, la Orden Tercera del convento de San Francisco de Cazalla de la Sierra, contrató a Luís de Baias para que éste efectuase la talla del retablo.
Desamortizado el convento, éste pasó a manos de particulares, y abandonado, sus retablos e 10 imágenes corrían serio peligro de ser destruidas. El Arzobispado de Sevilla autorizó que el retablo mencionado fuese trasladado a la parroquia de El Pedroso en unión de otros más pequeños. Restaurado en Sevilla, actualmente lo preside una imagen de San Ana. Nota: Su identificación fue posible gracia a la simbología de la Orden de San Francisco, y a un inventario de la parroquia de 1.890.

 

Retablo Capilla Sacramental. En la cabecera de la Capilla se sitúa un retablo que data de principios del siglo XVIII, de estilo neoclásico. Retablo dorado cuya estructura está formado por tres cuerpos superpuestos y como elemento arquitectónico presenta columnas estriadas de orden corintio. El cuerpo principal contiene una escultura de la Inmaculada de Martínez Montañés. Se culmina con un ático donde se asienta una escultura de Santa Teresa, fechada en el siglo XVIII.

RETABLO DE LA CARTUJA

Retablo que consta de un cuerpo principal y un ático, es del S. XVIII y presenta una gran originalidad de talla y atrevimiento en sus formas, con acabado de madera vista. Se 11 desconoce la identidad del autor pero por el corte de gubia de la talla se aprecia la mano de un gran maestro.

En el cuerpo principal hay situada una vitrina neoclásica de madera de palosanto que tiene en su interior una talla de la Virgen del Rosario con el niño, datada en el S. XVII y realizada en madera policromada, parece que procede de la Cartuja de Sta. María de las Cuevas de Sevilla.

En el ático está situado un busto de la Dolorosa perteneciente a la escuela granadina del S. XVII.

RETABLO DE LA VIRGEN DEL ROSARIO

Se encuentra situado en la capilla junto a la cabecera del templo en el muro del Evangelio; el retablo pertenece al primer tercio del siglo XVII, así lo indica una inscripción que aparece en el banco del mismo, donde se señala que el retablo se asentó en el año 1630 concretamente.

La estructura del retablo está constituida por un banco, un cuerpo de tres calles y un ático, las tres calles del cuerpo principal del retablo están enmarcadas por columnas estriadas de orden corintio.

La calle central está ocupada por una hornacina, en forma de medio punto, que contiene la imagen de candelero de la titular de la capilla, la Virgen del Rosario, fechada en el siglo XVIII. Esta calle está rematada por un frontón partido, semicircular y subdividido en tres
partes mediante dos volutas.

Las otras dos calles del cuerpo principal del retablo son rectas y contienen relieves, en la calle izquierda se sitúa un relieve de San Juan Bautista y la calle derecha está ocupada por el relieve de San Pablo.

EL RETABLO DE SANTA CATALINA

Próxima la Semana Santa del año 2001, al desmontarse el retablo de Juan Martínez Montañés para ser restaurado en Sevilla, sus autores se vieron gratamente sorprendidos, al observar que, detrás del cuadro de la Virgen de Guadalupe, había otro, que resultó ser Santa Catalina de Alejandría.

Una vez restaurado el cuadro de la Santa, se ha catalogado como una de las mejores obras de Hernando de Sturmio, pintor flamenco de gran prestigio en la Sevilla del primer y segundo cuarto del siglo XVI.

Las numerosas consultas realizadas en el fondo histórico del Archivo Parroquial de El Pedroso, nos habían alertado de la posible existencia (en dicha parroquia), de una imagen de Santa Catalina, dado que, en los libros de bautismo del siglo XVI, una cifra importante de partidas de bautismos de niñas figuran cristianizadas con el nombre de Catalina, y es frecuente, que la madres y madrinas, se llamen también Catalina ¿en el siglo XVI Santa Catalina era la Patrona del lugar de El Pedroso? ¿las pedroseñas eran muy devotas de la Santa? .
Insistimos con nuestras consultas en el archivo referenciado y descubrimos que en el legajo denominado: Libro de Posesiones de la Iglesia Parroquial. Inventarios = 1547-1611, en el folio núm. 34 figura lo siguiente: “Las joyas y ornamentos que la fábrica tiene son estas – Inventario – doce días de febrero de mill e equinientos setenta e dos años – Situada a la izquierda del altar mayor, es una obra realizada en el siglo XVI, del mármol blanco, con cabezas de ángeles en cada uno de sus frentes.

1º Aunque aún no ha sido estudiada, esta imagen de candelero es una bella muestra de la imaginería andaluza del siglo XVIII.
2º Lienzo del siglo XIX, que representa la Virgen de la Servilleta, copia de la obra que Murillo realizó con el mismo nombre.

18 Imágenes y retablos: ytem otro retablo de la ymagen de sanctacatherina questa En su altar particular es de pinzel bueno”.