La mayor parte del recorrido discurre a escasos metros de la ribera, por lo que se puede apreciar la formación de bosque de galería. También hay largos tramos de dehesa de encina y algunas zonas de repoblación de pinos. Especial significado adquieren las numerosas especies de pájaros e insectos que pueblan la ribera.
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Debes saber que es un sendero lineal que une la estación de ferrocarril de Cazalla-Constantina con la estación de El Pedroso, con una distancia de 19,3 km y que transcurre por las orillas de la ribera del Huéznar.
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Empieza en la estación de ferrocarril de El Pedroso, y discurre por una estrecha vereda junto a la carretera que va en sentido Cazalla-Constantina hasta llegar al Área recreativa, junto al puente antiguo sobre la ribera del Huéznar, de la carretera que une Constantina con El Pedroso. Asciende en sentido contrario a la corriente del río, en dirección norte.
El camposanto de El Pedroso lo dejaremos a un lado. Para seguir por nuestro sendero junto a la ribera del río.
Es, sin duda, una de los puntos más fotografiados. Sin duda, una obra arquitectónica robusta que se ha conservado a lo largo del tiempo.
Durante el recorrido te encontrarás con uno de los hitos industriales más importantes de la Revolución Industrial Española. Y es que a principios del siglo XIX se funda la Fábrica de Hierro de El Pedroso. Merecedora de la Medalla de Oro de la Exposición Industrial en 1841, perdió el liderazgo en la producción siderúrgica nacional a la espera, entre otras cosas, de un ferrocarril que llegó tarde, favoreciendo el resurgir de las fábricas del País Vasco. En sus instalaciones llegaron a vivir más de 500 trabajadores y familias, suponiendo uno de los mayores hitos industriales de la comarca.
En 1817 un grupo de 12 comerciantes de Cádiz y Sevilla, conocedores del potencial de los recursos mineros de la zona, se unen para fundir hierro en la comarca sevillana de Sierra Morena. Los socios llegaron a ser una veintena. Esta comarca, que hoy se enfrenta al reto de la despoblación, multiplicaba con creces las cifras de habitantes actuales. Solo El Pedroso contaba con más de 8.500 vecinos presentando hoy un padrón de poco más de 2.000 habitantes.
Esta ferrería, a pesar de la calidad de su materia prima, tuvo que afrontar dificultades impuestas y sobrevenidas. Entre ellas, la falta de mano de obra especializada, las fiebres palúdicas en épocas veraniegas y la falta de una red de comunicaciones que dificultaba la puesta en marcha de la mercancía en el mercado.
El siderúrgico internacional Francisco Antonio de Elorza, uno de los más importantes de la época, llega a El Pedroso para paliar, en la medida de lo posible las adversidades de la fábrica. Para ello cuenta con profesionales belgas, ingleses o franceses, que, atraídos por la profesionalidad de Elorza se instalan en la zona con la idea de formar a los locales. En 1861 ya no había extranjeros en la fábrica. Aquí también llegaban trabajadores de todos los puntos del país: extremeños, gallegos, vascos y navarros.
Elorza reorganiza la administración y la producción según lo aprendido en sus constantes visitas a países europeos y al resto de la industria nacional. A su llegada se encuentra con anomalías, como que los obreros cobren el doble de sueldo que en las otras siderúrgias andaluzas. Con su tesón y experiencia, la Fábrica alcanza la cima de la producción española. Las fábricas andaluzas, entre ellas esta, suponían el 85% del hierro nacional.
Presos cubanos llegaron a El Pedroso para cumplir su condena en estas fraguas, según atestigua la investigación realizada por el historiador Antonio Villalba Ramos.
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El ferrocarril
La ansiada espera del ferrocarril merma la capacidad de poner en el mercado los hierros de El Pedroso. En 1884 se inauguró el tramo de El Pedroso, Galleguines, Guadalcanal y Mérida, siendo ya bastante tarde para apoyar esta industria. Esta desventaja supuso la caída del mayor competidor de la siderurgia vasca, que volvía a fortalecerse tras las guerras carlistas.
Esta fábrica, hoy en ruina y abandonada por administraciones, supone uno de los edificios más importantes de la historia industrial de nuestro país. Sin embargo, al situarse en una finca privada no se puede visitar libremente aunque sí concertando citas a través de la Oficina de Turismo Sierra Norte de El Pedroso.
Está situada a algo menos de kilómetro y medio de la estación de ferrocarril Cazalla-Constantina, junto al descansadero de Castillejo. Se trata de un enclave natural privilegiado que permite estar en contacto con la naturaleza. Se sitúa junto al río Huéznar, que en este lugar se divide en dos brazos formando una pequeña isla. El acceso al área se realiza a través de un pequeño puente.
En este enclave se puede disfrutar de una zona de sombras y de una buena temperatura en primavera y verano. Junto al aparcamiento se inicia el sendero del mismo nombre que supone otro bonito paseo río abajo por la ribera. Alisos, fresnos y sauces, entre otros, se suceden en un protector bosque de galería que es cita obligada en otoño. Es también cobijo para una gran variedad de aves y nutrias que se alimentan de las truchas y barbos que pueden pescarse en el coto truchero del Molino del Corcho.
Si quieres saber más sobre la ruta y ver el itinerario exacto haz clic en el siguiente enlace.
CIF: P4107300H
Teléfono: 954 88 90 01
Fax: 954 88 93 13
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